jueves, abril 13, 2006

Poesía: Diario: Un día.

Poesía: Un día.

Diario.

Mi día ha sido bastante agitado y triste. Desde hace dos o tres días siento un cansancio sobrenatural. Y este cansancio me pone el cuerpo donde quiera: He encontrado hoy mi pierna solitaria en el jardín, mi espalda en la cocina y mi cabeza sobre la televisión aguardando a que empezara una película francesa; este desmembramiento insólito es algo inútil... nunca triste, nuca extraño. Extraño, sería encontrarme completo y con ánimos de todo, multiplicado lejos del espejo.

El cansancio también hace que despierte todo aquello que el olvido puso a dormir y me tropiezo al despertar con esta vida nueva recién desenvuelta, con esta promesa incumplida de eternidad, con la amistad fechada por el carbono 14 antes de la muerte y con el amor que no pude realizar . Presiento y siento, nuevamente y otra vez... el vacío de estar conmigo a los mil años de edad. Es fácil encontrarse desmembrada a la vida en el olvido y en la memoria pues también está cansada, profundamente cansada de regresar.
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