sábado, abril 08, 2006

Filosofía: Simpatía por Bergson.

Filosofía: Simpatía por Henry Bergson.

La metafísica de Bergson me gusta y en este caso creo que sí puedo hablar de gusto, de agrado, de identificación y finalmente de simpatía con este filósofo mayor y eminente, que quién sabe porqué parece inédito aún entre la órbita profesional de pensadores (si existe tal cosa).

Finalmente, un servidor, sólo aspira a ser un buen amateur al carecer de una preparación formal en la filosofía, a pesar de un esfuerzo constante y serio, lo sé, siempre resultaré un impostor. Con todo, reconozco el poder extraordinario de Bergson en una filosofía de amplios círculos, con un trabajo que se aparta de las escuelas y quiere efectivamente pensar, utilizando a la ciencia y no poniéndola como el límite del pensamiento. Es capaz de acercarse más y más al arte en su labor, y sospecho que con esto nos revela un camino, otro camino bello, que merece ser seguido.

Dice con respecto a éste último punto:
“La filosofía, según mi concepto, se acerca más al arte que a la ciencia... La ciencia no da de la realidad más que un cuadro truncado, o más bien fragmentario; aprisiona lo real por medio de símbolos que son inevitablemente artificiales. El arte y la filosofía se unen, en cambio, por la intuición, que es la base común a ambas. Yo diría que la filosofía es un género y las diferentes artes sus variedades”
(Paris Journal, 11 de septiembre de 1910).
Permítanme decir, es impresionante la claridad, es cierto, uno comprende ese arte resplandeciente de su filosofía, cuando visitado por la gracia, uno percibe el movimiento de su pensamiento que usa símbolos y al mismo tiempo prescinde de ellos, cuando salta de idea en idea para darnos en bandeja de plata una noción y su contraria tan armónica y elegantemente que parece componer una hermosa música cercana más al fluir que a la dureza.

Decía al principio que hay con Bergson una fiel y honrada simpatía y él mismo habla de ella, ahonda de esta forma en su obra Introducción a la Metafísica:
“Llamamos intuición a la simpatía por la cual nos transportamos al interior de un objeto para coincidir con lo que tiene de único y por consiguiente de inexplicable”.
Concédanme apuntar con buen sentido y con toda la esperanza que ojalá logre coincidir con el alma, con el pensamiento, con el espíritu de este ser único y comprender... Al tratar de seguir una senda que podría ser nombrada la de la mano izquierda. Con Bergson comprender no resulta un triste oficio, una manera de ser feliz y la filosofía es una de las más formas sinceras que conozco.

No hay sabiduría sin simpatía, la simpatía es verdaderamente la “sonrisa de la filosofía”.


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