Mineral de Hondo, Sabinas, Coahuila, México. Sábado, 26 de marzo de 1904. Lugar y fecha que ven nacer a uno de los máximos cineastas mexicanos de todos los tiempos: Emilio “El Indio” Fernández.

A los 16 años de edad ingresa al flamante Colegio Militar, a los 19 es apresado por levantarse en armas en Puebla, sentenciado a 20 años de cárcel, se fuga luego de tres años por un hueco en la celda de la prisión de Santiago Tlatelolco, huye a Chicago donde se hace gángster, luego se marcha a Los Ángeles, y de nuevo aflora el mito, en el mismo tren que llevaba a Rodolfo Valentino a quién aseguraba enseño a bailar.
Y he aquí que inicia su historia en el cine pues en el sepelio conoce a varias estrellas hollywoodense. Chano Ureta le daría su primera oportunidad como extra en Destino de 1928. En Los amantes de Carmen conoce a Dolores del Río le promete que algún día dirigirá una de sus películas, promesa que cumple en 6 ocasiones haciendo de ella una de sus máximas musas, sobre todo en María Candelaria (1944), siempre le profeso un amor que fue a primera vista. De nuevo la leyenda se hace presente y refiere que el propio marido de Dolores del Río, Cedric Gibbons lo usa como modelo (y desnudo) para diseñar la estatuilla del Oscar.
Hasta aquí éste post, en la siguiente entrega su regreso a México.