Cine: Reflexión: La materia de los sueños y El halcón maltés (1941).
...el detective Tom Polhaus toma la figurilla maciza y pesada de un halcón y pregunta:
"¿Qué es?".
Humprey Bogart como el detective privado Sam Spade responderá:
"Es el material con el que están hechos los sueños".
Para siempre Sam Spade no estará diciendo que los sueños, nuestro sueños, pueden estar hechos de plomo o de esa substancia tan etérea que sólo se palpa con la mirada y que a veces sólo nosotros podemos ver; que pueden ser tan macizos para resistir la dureza nuestro destino o ser tan frágiles hasta evaporarse en el aire de nuestra realidad más cotidiana.
Pero Spade no se refiere a los sueños que germina y acendra la noche sosegada y que son pastos perennes de inspiración o creatividad, no!... lanza su gesto riguroso, sobre aquellos que se abren paso entre la vigilia como un guerrero, como el combatiente de la batalla eterna entre lo que somos y lo que no somos, entre el ser y el tener, entre el resistir o el dejar pasar.
El halcón maltés posee algo más que diálogos poderosos que se clavan en nuestra memoria y en nuestra estética como un disparo sordo.
Hay algo en la película que “fotografía” muy bien esa dimensión negra del sueño con caracteres engañosos y escenas amenazadoras, con dureza, avaricia, anti–heroísmo y resistencia... que han, si no creado un género, sí inaugurado una forma de cine que puede ver más allá del misterio, del pecado, del suspenso y del romance.
Algo que Brigid O'Shaughnessy sabe en su descenso (al sueño) por el elevador y que sólo el detective Sam Spade puede comprender completamente al mero contacto con la negra estatuilla del halcón maltés.
___
* Imágenes (cc)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario