Feliz cumpleaños.
A lo que pudo no ser, siendo.
Le miro entre sus miradas lejanas:
sus resplandores ya muertos
y de algún lugar de la Patria
arráncame tanta ternura
que desorbita a un tiempo odio y rencor
para anudar suavidad y deseo.
¡Cuántos años ha habido en el tiempo!
¡Cuánto veintisiete venéreo
ha habido en lo eterno
pasando por lo agosto
y lo puntiagudo
como el ojo... y el resto del camello!
Reanudo mi propia entraña
y le deseo no sólo el cuerpo
femenino y blanco
o la presencia aromada de demonio
a mitad de nuestro sueño,
sino sin remedio:
un feliz cumpleaños.
[E]
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