domingo, julio 03, 2005

Cine y Pensamiento: Guerra de los Mundos.

Cine y Pensamiento: Divagación sobre Guerra de los Mundos.

No relevaré nada de la trama de la película Guerra de los Mundos, solamente divagaré por ella tal vez con algún sentido en torno a algunos puntos y cuestiones importantes que se encuentran presentes en esta obra, lo haré así sin retomar la obra original de H. G. Wells pues siempre he considerado al cine como otra compleja forma de pensamiento.

Cada mañana despertaremos en la víspera del fin de los tiempos y aguardando el fin del mundo. Nuestra memoria, nuestra imaginación y nuestro más íntimo temor nos dicen "estamos aquí para vivir cada fin de semana el Año Mil para re-vivir el temor milenarista".

Tan sólo ayer, de pronto, la humanidad se descubrió desnuda... con las entrañas de fuera, expuesta sin resguardo al temor de la muerte, la guerra y el exterminio, potenciado por el terror nuclear y el horror post-nuclear. No! No nos tememos a nosotros mismos, sino, a lo que nosotros mismo podemos hacernos.

No hemos olvidado este sentimiento de orfandad en el universo y lo hemos reconstruido y reinventado miles de veces, una y otra vez por medio de la imaginación y el arte, que temporalmente exorcizan nuestros demonios.

Pero la pregunta está ahí, constante: ¿Con quién, contra quién existimos? Hasta ahora con y contra nosotros. Pero tenemos a viejos conocidos para encarnar nuestras virtudes, defectos, anhelos y temores. Surge de nosotros mismos nuestro marciano favorito, el alien, el extraterrestre... renovado por la tecnología pero con las mismas intenciones que antes, y con el objetivo de mostrarnos nuestras peores debilidades y aquello que pensamos es nuestra salvación.

La guerra contra lo desconocido comienza... como los primeros hombres que conquistaron física y psicológicamente su mundo, nosotros debemos salir a conquistar el espacio exterior que nos brinda nuevos monstruos, otros temores que... sin embargo conocemos de sobra.

La guerra comienza por ser exterior (nacional, social, entre mundos incluso) y acaba por ser psicótica porque más allá de la fascinación del arte por la guerra ésta es un fenómeno total que trastorna al individuo en lo más profundo. Y es precisamente desde este resquicio que proviene el o los héroes. Capaces de rescatar a la humanidad en todos los sentidos... tal vez el porvenir de nuestra especie se decida en plena calle, en los laboratorios y no en los estrados.

Pronto reviviremos el Año Mil y el temor milenarista, encarnado en la figura de los extraterrestres, las máquinas inteligentes o los clones que se manifiestan como nuestros enemigos definitivos y a los que debemos derrotar una vez más... esto no significa que nuestra victoria y ni siquiera nuestra derrota estén seguras, porque con suerte veremos el "FIN" en una cómoda butaca frente a la pantalla de cine.

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