domingo, febrero 26, 2006

Fotografía: ¡Macarioooo!

Fotografía: Cine: Relato: ¡Macarioooo! o En algún sitio de la niebla.

Nuevamente me aparezco con una fotografía que un amigo me envía para hacerle un relato breve. En este caso y dado que mi memoria se ha forjado en el cine traigo hasta este tiempo-espacio una evocación evidente que se encuentra como un grito.

En algún sitio de la niebla.

Por pasear en el campo cuando el ángelus convoca, nos hemos extraviado en algún sitio de la niebla. Quién sabe a qué hora nos perdimos no a la mitad del camino de nuestra vida sino en la frontera humana, nuestra vida es sólo existencia eterna o sempiterna, no importa.

La danza nos disperso por el monte cuando alguien respiró con apetito de mundo y acudimos detrás de los murmullos.

Ahí nos escontramos a Macario y le ofrecimos el arrepentimiento, la caridad, la bondad, la riqueza, la cárcel, el trabajo y la inmortalidad a cambio de un pedazo de guajolote, pero él escogió la muerte precedida del sueño y la satisfacción, dicen unos que es la muerte más dulce otros que es la muerte más terrible.

Luego nos fuimos... venía mucha gente gritando ¡Macariooooo!


sábado, febrero 25, 2006

Fotografía: El árbol de Dalí.

Fotografía: Relato: El árbol de Dalí o El arte del sueño.

Un querido amigo me envío está foto que quiero compartir en este tiempo-espacio por haberme inspirado (perdón por la pretensión) un breve relato:

El arte del sueño.

Dalí soñó con un árbol equilibrado en un brazo natural de la noche mientras Paganini interpretaba su Concierto para Violín y Orquesta Número Uno.

Dalí no pudo pintar el sueño pues lo olvido en el trayecto, perdiendo para siempre el sentido de lo contrario, quiso recuperarlo pero no pudo, en venganza pinto la flexibilidad de los relojes que es otra forma de pensar en la reversibilidad del tiempo.

En cambio Paganini habiendo visto el árbol en un reflejo sobre el mundo pinto con gala y fuerza el Rondo: Allegro de su Número Uno.

Descubriendo así el arte del sueño e identificando un posible pacto con el diablo.

viernes, febrero 24, 2006

Ficción: Entrevista a Ekard Garibay, escritor.

Ficción: Entrevista: 5 preguntas para el escritor Ekard Garibay.

Reproduzco brevemente la entrevista que pude hacerle a Ekard Garibay excelente y controvertido escritor mexicano, autor de La sencillez de los muertos (1999), Contra el 68 [Por puro amor propio] (2001), El caníbal del mañana (2002), Ese amado fantasma: el Cine (2004) y su más reciente novela Amante para los domingos (2005) de la Editorial Bagada.

Autor de una prosa poética, de ensayos lúcidos y de duras críticas, ha sido ostracisado por la cúpula literaria, sin embargo, goza de notoriedad y verdadero aprecio entre muchos lectores, que creo estarán contentos con esta entrevista, una de las pocas que ha concedido para cualquier medio, lamentablemnte no dejo que le tomará algunas fotografías.


Tiempo y Eternidad: Buenas tardes Sr. E. Garibay.

E. Garibay: Buenas noches, son ya las siete de la noche.

TyE: Perdón Maestro, buenas noches.

E.G.: Mire usted joven amigo, yo no soy maestro en nada y de nadie. Soy un simple escritor, si he enseñado algo pido perdón encarecidamente, le parece que iniciemos la entrevista.

TyE: Claro. ¿Cómo empezó en esto de la literatura?

E.G.: Creo que como todos... aprendiendo a leer y escribir... me enseño mi abuela con un viejo silabario que aún conservo y luego descubrí las historietas, antes que los libros.

Ya luego empecé a leer a los clásicos por influencia más del cine y de mi padre que por mis maestros que no supieron despertar en mi generación una verdadera pasión por la lectura.

Cuando entre a la carrera de Ingeniería en la UNAM me apasione por la ciencia ficción gracias a uno de mis compañeros que me recomendaba buenas traducciones, pues nunca aprendí el inglés a la perfección, cosa que me ha abierto muchas puertas y cerrado más.

A lo largo de mi vida me desarrolle más en la filosofía que en la novela, sin descuidarla claro!, me parece un saber más profundo pero menos verdadero.

Ahora después de un buen trecho soy más un relector que un lector, si bien descubro con gusto para mí mismo buenas obras y escritores realmente notables... he desarrollado un buen olfato que va contra el gusto popularizado, con decirle que no me gusto el Código Da Vinci y ni lo leí.

Respecto a lo que escribo, siempre me pareció atractiva la poesía y empecé en ella... más por la idea de una superioridad del poeta frente a la vida que se presenta en muchas películas, aunque invariablemente les vaya del carajo, que por el ideal preciosita del lenguaje.

Pero comprendo que el arte se hace con el arte y tras varios libros empiezo a dominar el lenguaje más como a una mujer que como a una fiera salvaje. Eso lo aprendí de mi falso pariente Don Ricardo Garibay...

En mi vida diaria he sido más poeta por conseguir amor y sexo que por una dolencia existencial. Luego me pase al cuento y a la novela, por buscar expresar lo que sentía y al ensayo para decir lo que pensaba. Pero nunca deje la poesía... trato de hacerla presente en lo que escribo. Tal vez tenga el valor de publicar algo de poesía que tengo guardada, tal vez...


TyE: ¿Su desarrollo fuera del nicho literario, de las academias y de las escuelas es la causa de su confrontación y enemistad con otros escritores e intelectuales?

E.G.: Claro que sí! No les parece que un amateur, al fin de cuentas un impostor, se lleve una nimia parte de los reflectores que no de los lectores, que a menudo no les interesan. Por ello me han cerrado muchos de los espacios de crítica y diré con orgullo que soy para el gran público desconocido, si bien gozo de una fama muy modesta entre algunos.

También diré con el pecho henchido que busco lectores, no críticos, no colegas, no gloria y al final ni siquiera lectores... busco escribir.
[Enciende un cigarrillo]

La enemistad también viene por mis pensamientos contra otros escritores mimados y anquilosados en el 68, hay un cierto enanismo intelectual en ello, al fin de cuentas no produjeron ninguna mente privilegiada, renunciaron a pensar en pro de su ideología barata y muchas figuras de aquel entonces encarnan todo aquello que despreciaron y atacaron, fracasaron en todo.

El 68 representa para mí en muchos aspectos un atentado contra el amor propio de México y el mundo, de ahí el título de mi segundo libro.

Los detesto y me detestan... los he atacado y me han obstruido, cosa que está bien... aunque no crea que me preocupan demasiado, sólo cuando veo Poniatowska, por ejemplo, en las presentaciones obradorista de ese prócer popstar por la TV o a Monsiváis criticar (con alguna buena razón) pero con su premiezote en la bolsa. Ya saben lo que dicen, la verdad tiene mal olor en algunas bocas.

En fin uno no escoge a sus contemporáneos.

Un auténtico "hombre del 68" -que los hay- reconocerá en la centroderecha política su adversario todavía, pero lo que es más importante en la izquierda moderna su derrota más absoluta.

Pocos lo hacen, aquellos que no, son los que me detestan, a nadie le gusta que le recuerden la realidad que quieren olvidar.


TyE: ¿A qué cree que se deba su éxito actual entre los lectores que se aprestan a comprar sus libros?

E.G.: Tal vez porque el tiraje es pequeño se apuran a conseguirlos... ojalá no crean que algún día tendrán algún valor, excepto como unas lindas ediciones las cuales agradezco infinitamente a los editores... [da una honda fumada a su Raleigh]

...pero más allá creo que a mi sinceridad y lealtad hacia ellos, no creo estar por arriba de su intelecto, sino al contrario, sé que el lector es inteligentísimo que debo contarle historias dignas...
[expulsa el humo en una gran nube]

... que debo convencerlo de las mejor forma yendo más allá de las apariencias y muchas veces de las convenciones, partiendo desde lo ordinario a lo extraordinario, con un lenguaje preciso que pongo al servicio de la propia historia no al servicio de él mismo, sin embargo, trabajo el lenguaje para dar belleza y hasta hacerlo desaparecer.

Escribo intentando entablar un diálogo activo más conmigo mismo en el momento de escribir y más tarde con el lector... en ese diálogo le confío mi visión del mundo y confío en la interpretación que hagan de él, pero los malentendidos nunca faltan, esa es la tragedia del escritor frecuentemente.

Le decía joven amigo, que digo lo que siento y lo que pienso positiva o negativamente a través del personaje o el "contrapersonaje" en las novelas o a través de mí mismo, de mi voz pensante en los ensayos. Lo digo siempre con todo el arte del que soy capaz.

Soy fiel a mí mismo en el tiempo y en el espacio que me toca, pues soy cambiante y tengo la modestia y la dignidad de reconocer mis errores los cuales son y serán muchos. Escribir me permite vivir infinitamente para afrontarlos y tratar de resolverlos... aún con la irreversibilidad del tiempo.


TyE: ¿De esa convivencia con el tiempo proviene su amor por el cine?

[Vuelve a fumar el olvidado cigarro]

E.G.: Mi amor profundo por el cine viene de mi niñez, mi adolescencia, juventud, madurez, vejez y muerte.

Es un acto vital y poderoso.

Me regocijo con el cine de pantalla grande y de pantalla chica... Mas me enfurece que me llamen cinéfilo, pues no quiero ser comparado con estos seres horrendos "intelectualitos criollos de Coyoacán” que van a la Cineteca con tufos de grandeza y aunque no entiendan una chingada sobre lo que vieron, sacan teorías exquisitas y citan a Bergman, Tarkovsky y Wenders, cuando nunca han visto alguna de sus películas, pero se sienten los únicos herederos de los Lumiere.

O aquellos que por saber la más inútil anécdota, hoy llamada trivia, se sienten que lo saben todo de una película o de un director, anteponiendo lo trivial al gozo de estar en la obscuridad frente a realidades distintas y a "el pensamiento" que presupone el cine...

Creo fervientemente que el cine es una forma superior del pensamiento y del gozo. Cuando se tiene esto se puede perfectamente ir al conocimiento trivial para vestir la experiencia, pero primero hay que disfrutar el cine.

Es un arte, sí y por eso es disfrutable hasta el éxtasis. Pero también es el arte más popular, accesible a todos. Y eso muchos críticos lo han olvidado, por ello no creo demasiado en ellos y hasta me alejo corriendo, salvo excepciones como Gustavo García, Sergio Zurita y René Franco que son capaces de deslumbrarse con lo que sucede en la pantalla, disfrutar de la experiencia, hacer una crítica puntual y coherente y siempre obtener grandes enseñanzas e incluso ideas, lo que en verdad es poco frecuente.

Lo que también les agradezco es su humildad ante el cine, no son como los "superiores" críticos y espectadores intelectuales que todo lo desdeñan de entrada... sucede siempre que los más grandes son también los más humildes.

Yo mismo cuando hablo de cine, lo hago desde el entusiasmo y el razonamiento más divertido, pero también desde la humildad... el espíritu del cine me sobrepasa y por ello puedo criticarlo como el espectador impresionado que soy y como el escritor que pretendo ser, pues en las entrañas del cine está una literatura revolucionada.

Se puede pensar el mundo con el cine y me gusta hacerlo, invariablemente en mis libros el cine aparece como una fuerza moral a favor y en contra de los personajes. En realidad, mi relación con el cine es de devoración veo todo tipo de cine, aquel que me lata... usando tal vez mi mismo olfato para la literatura desde el llamado "de arte", al "comercial" incluso aquellas cintas que otros calificarían como bodrios y churros.

Para acabar, me encantaría escribir para cine. Es uno de mis proyectos, aunque no sé como fregados hacerlo, es un ejercicio de la literatura diferente y más dinámico que supone otro tipo de lenguaje. Ya veremos.


TyE: Es decir, ¿tiene más cosas por aprender?

[Le da la última fumada al cigarrillo y lo tira en un cenicero con forma de pato]

E.G.: Si. Y no es un cliché barato, es una realidad maciza.

Aprender para el escritor es tratar de entender el mundo y plasmarlo en la obra, de manera a veces más sencilla o más compleja de lo que es, reconstruimos la realidad dando paso a una realidad literaria que necesita de buenos cimientos.

Aprender es tratar de impactar más con el lenguaje y decir cosas de la mejor forma posible. Aprender para el escritor es convertirse en escritor y se aprende escribiendo, no hay otro modo, pero para escribir hace falta leer, comer, beber, amar, en suma vivir. La literatura de ésta forma es una ética.

Siempre me pregunto ¿Soy un buen escritor? y me respondo "Algún día lo serás" y sé que para mí el camino es la meta.

Claro, que cuando me comparo -sin humildad falsa- con los escritores modernos que han cambiado el arte por la necedad, puedo decir "sí soy un escritor, acaso bueno" pero cuando mi comparación se dirige a figuras como Cervantes, Tolstoi, Chéjov, el propio Ricardo Garibay que siempre busco el párrafo perfecto, sé estoy tan lejos que habría que escribir sin descanso y producir cada semana una obra maestra para tal vez empatar con ellos.

Haré una salvedad para no ser injustos encuentro a un joven maestro en Álvaro Enrigue el cual me sorprendió desde que transmitía en la extinta ABC Radio cápsulitas tan bien hechas que eran sin duda vitaminas para el alma.

Así que aquí me encuentro, en este punto de búsqueda y encuentro con el pretexto de la literatura sin dejar la vida que yo entiendo como intensamente mía. Le adelanto, joven amigo, que estoy en vías de escribir una novela sobre Cristo, un ensayo sobre el Diablo y algunos cuentos sobre los humanos, como ve no descuido ningún flanco.

Pero ya se hizo muy tarde, le agradezco haya venido hasta acá su casa y hacerme hablar tan a gusto y tan verdaderamente sin copas de por medio. Ahí será para la otra.


TyE: Gracias a usted, es una distinción el haberlo entrevistado y ojalá haya una segunda vez. Gracias.

E.G.: Pero venga, no se vaya, lo invito al cine con mi mujer y mi hija, pero mucho cuidado eh!, iremos a ver de nuevo Syriana, usted, ya la vio? ¿Si? Perfecto, oiga que le pareció... cree que Clooney se lleve el Oscar...

...

sábado, febrero 18, 2006

Cine: Pensamiento: Los sueños y El halcón maltés

Cine: Reflexión: La materia de los sueños y El halcón maltés (1941).

...el detective Tom Polhaus toma la figurilla maciza y pesada de un halcón y pregunta:

"¿Qué es?"
.

Humprey Bogart como el detective privado Sam Spade responderá:

"Es el material con el que están hechos los sueños".


Para siempre Sam Spade no estará diciendo que los sueños, nuestro sueños, pueden estar hechos de plomo o de esa substancia tan etérea que sólo se palpa con la mirada y que a veces sólo nosotros podemos ver; que pueden ser tan macizos para resistir la dureza nuestro destino o ser tan frágiles hasta evaporarse en el aire de nuestra realidad más cotidiana.

Pero Spade no se refiere a los sueños que germina y acendra la noche sosegada y que son pastos perennes de inspiración o creatividad, no!... lanza su gesto riguroso, sobre aquellos que se abren paso entre la vigilia como un guerrero, como el combatiente de la batalla eterna entre lo que somos y lo que no somos, entre el ser y el tener, entre el resistir o el dejar pasar.



El halcón maltés posee algo más que diálogos poderosos que se clavan en nuestra memoria y en nuestra estética como un disparo sordo.

Hay algo en la película que “fotografía” muy bien esa dimensión negra del sueño con caracteres engañosos y escenas amenazadoras, con dureza, avaricia, anti–heroísmo y resistencia... que han, si no creado un género, sí inaugurado una forma de cine que puede ver más allá del misterio, del pecado, del suspenso y del romance.

Algo que Brigid O'Shaughnessy sabe en su descenso (al sueño) por el elevador y que sólo el detective Sam Spade puede comprender completamente al mero contacto con la negra estatuilla del halcón maltés.

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* Imágenes (cc)

miércoles, febrero 15, 2006

Poesía: Sueña el amor.

Poesía:Sueña el amor con panteras y sirenas.

Hace mucho que no incluía poesía en este blog, así que consigno algo que últimamente he escrito:
Sueña el amor.

El amor anochece cierto de ser eterno,
que conoce el pulso de lo inmarcesible
y sueña un dulce sueño de panteras.

Silencio! que cese la acrobacia,
que se acabe el afán de los días.

Mañana al despuntar crestas y azules sordos...
la tierra de los espíritus
lo mirará caer con el alma envejecida.

Ay amor! no te reconozco de entre tus ruinas.

Pero tu desnudez amanecerá de nuevo hembra,
plena, aromada sobre mi primavera
que galopa con pasos de reina.

Solamente te tengo a ti en este instante
que presagia el beso tras los relojes...
que se han detenido para ver tu cuerpo
y es, por tanto, el día más largo
y eres la prueba definitiva
para los incrédulos
de que algo de Dios
languidece felizmente en lo humano.

Hoy te quiero, ahora te amo...
mañana seguramente estaré muerto,
la muerte es perseverancia
y mañana soñare un dulce sueño de sirenas.

ELT
*

sábado, febrero 11, 2006

Filosofía: Bergson y Mozart.

Filosofía: Bergson, la metafísica, el movimiento y Mozart.

Dice Henri Bergson:
“Existe una realidad exterior y, no obstante, dada inmediatamente a nuestro espíritu... Esta realidad es movilidad. No existen cosas hechas, sino sólo cosas que se hacen; ni estados que se mantienen sino estados que cambian”
La metafísica de la Bergson se sitúa más acá que allá, más en el límite que en el centro, se funda en el movimiento... es difícil concebir el movimiento y más cuando nuestra razón busca concepciones sólidas, macizas y equilibradas... y no hay nada más inestable que el movimiento.

Pero el movimiento es una respuesta milagrosa y por demás elegante (al menos en las llanuras cobrizas de la ingeniería y en los océanos sinuosos de la filosofía). Quien piense en movimiento aún en función de la inmovilidad descubre tarde o temprano una patria bella, que es más esencial que las palabras, y esa tierra es: la música.

La música bien podría sustituir a la metafísica.

Sabiéndolo o no Cioran a su modo, apunta (bergsonianamente quizá):
“Hubo un tiempo en que, no pudiendo concebir una eternidad que me hubiera separado de Mozart, yo no temía a la muerte”.

sábado, febrero 04, 2006

Cine: Pensamiento: Fellini


Cine: Pensamiento: Fellini el cine como expresión de la vida.

Todo proviene de nuestra infancia, al menos nuestra personalidad más recóndita, aquella que descubre la alegría como un color vivaracho sobre el cielo gris del tedio que dejan algunos días.

Fellini sabe que el cine más poderoso, el que más levanta palomas sobre estos cielos es el que proviene de la vida misma, de este punto telúrico entre la cuna y la calle donde la fantasía y la imaginación son nubes colmadas de portentos y de tragedias más hondas porque nos tocan en el hombro.

Pero a decir verdad, esos cielos grises, algo tristes son también bellos más aún cuando el que los elabora desde el sueño y desde el recuerdo es un titán doble, Fellini y su más fiel alter ego Mastroinanni.

El arte imita a la vida. El arte es la vida misma, fuera de ella.

Filosofía: El escándalo del mal.

Filosofía: Sobre el escándalo del mal (y la esperanza contra él).

Para las buenas conciencias enmascaradas en expresiones de desdén continuo el mal provendría de alguien completamente diferente, alguien opuesto a ellos en las múltiples ruedas de la fortuna. Sin embargo, el escándalo del mal es que proviene del otro, un otro muy parecido a mí y que está ahí exhibido para recordarme también que yo puedo, perfectamente, ser autor del mal.

Y me refiero al mal que es sufrimiento de unos hombres consecuencia de los actos perpetrados por otros hombres. Tal vez (pues siempre hay lugar de primera fila para el error) sólo tal vez es el gran mensaje de La Caída (una película a mi juicio muy mala sostenida sólo por la excelente actuación de Bruno Ganz) la vecindad del mal es absoluta.

De bote pronto el mal sería para mí aquello que destruye la relación entre los seres humanos. Y es portentoso que la esperanza contra el mal esté en ese mismo otro, en esa forma hermosa y elegante de la inteligencia: la compasión.